"Del tiempo, un paso", VIII premio César Simón, se presenta en Lisboa.



La obra "Del tiempo, un paso" de la poeta colombiana Lauren Mendinueta, ganadora de la última edición del Premio de Poesía César Simón, se presentará el próximo 5 de diciembre a las 18'30h. 19h. en la Casa de América de Lisboa gracias a la colaboración de la Embajada de Colombia. Acompañarán a la poeta Vicent Berenguer (editor) y Begonya Pozo (responsable del Premio y del Aula de Poesía de la Universitat de València).

BASES 2012 - IX Premio César Simón

1.—Podrán participar autores/as de cualquier procedencia con una única obra de poesía, que no haya sido premiada en otros concursos ni publicada anteriormente.

2.—Se establecen una modalidad única: castellano.

3.—El tema, el metro y la rima serán libres.

4.—Todas las obras se presentarán con el sistema de plica. Dentro de un sobre cerrado donde se hará constar en la parte externa el título de la obra con la que se concursa e incluir la siguiente información: datos personales (nombre completo, dirección, teléfono y correo electrónico), breve CV y fotocopia del DNI o pasaporte.

5.—Las obras tendrán una extensión entre 30 y 60 poemas. Se remitirán encuadernadas, por quintuplicado, mecanografiadas a doble espacio y por una sola cara.

6.—El autor/a que resulte ganador/a se compromete a entregar su obra en formato electrónico con carácter inmediato.

7.—Las obras se remitirán al Vicerectorat de Cultura, Igualtat i Planificació de la Universitat de València (C/ Universitat 2, 46003, Valencia), haciendo constar que concursan al “IX Premio César Simón”. Serán admitidas todas las obras enviadas por correo certificado dentro de la fecha límite.

8.—El plazo de presentación de las obras finalizará el día 1 de mayo de 2012.

9.—La composición del jurado se hará pública en esta misma sede una vez finalizado el plazo de presentación de originales.

10.—La obra ganadora será premiada con una dotación de 3000 euros y será publicada por Editorial Denes en la colección «Calabria». El autor/a, en concepto de derechos de autor de la primera edición, recibirá 40 ejemplares de la obra ganadora.

11.—La dotación del premio es indivisible y no acumulable en caso de ser declarado desierto el premio de la presente edición.

12.—Los originales no premiados serán destruidos.

13.—Cualquier duda generada por las bases será resuelta por el jurado del premio.

14.—El jurado podrá declarar desiertos los premios. Su veredicto es inapelable. La participación en el Premio supone la aceptación de sus bases.

Información y contacto
http://premiocesarsimon.blogspot.com
e-mail: premiocesarsimon@gmail.com


Organización y colaboración
Universitat de València
Editorial Denes
Ayuntamiento de Villar del Arzobispo

Coordinación
Begoña Pozo

"Del tiempo, un paso" de Lauren Mendinueta, galardonado con el VIII César Simón, se presenta en Valencia.



La obra "Del tiempo, un paso" de la poeta colombiana Lauren Mendinueta, ganadora de la última edición del Premio de Poesía César Simón, será presentada esta tarde a las 19h. en el Centro Cultural La Nau . Acompañarán a la poeta Vicent Berenguer (editor ) y Begonya Pozo (responsable del Premio y del Aula de Poesía de la UV). Como es tradición en la presentación de este premio, se regalará un ejemplar del libro a cada asistente.

La autora colombiana Lauren Mendinueta, ganadora del VIII premio de poesía 'César Simón'




El pasado 29 de junio se reunió en Valencia el jurado del VIII premio de poesía “César Simón”. Esta edición ha destacado de nuevo por la gran cantidad y calidad de ejemplares recibidos. Han sido ciento cincuenta volúmenes los que han llegado desde los puntos más diversos de la geografía española, así como desde América y Europa contribuyendo a la universalización del premio. El jurado, formado por Rosa Lentini, Alfredo Saldaña, Xelo Candel, José Luis Parra y Begoña Pozo, decidió otorgar el galardón en su octava edición a la obra titulada Del tiempo, un paso. Su autora, Lauren Mendinueta, es una poeta colombiana nacida en 1977 que cuenta ya en su haber diversas publicaciones y premios literarios. Entre las primeras destacan Donde se escoge el pasado (2004), Autobiografía ampliada (2006), Poesía en sí misma (2007) o La vocación suspendida (2008). En cuanto a los premio literarios obtenidos por la autora cabe mencionar el Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos (Almería, 2007) por La vocación suspendida y el Premio Festival Internacional de Poesía en Medellín (2000) por Autobiografía ampliada. En 2005 vivió en México con una Beca de Residencia Artística concedida por el Ministerio de Cultura de Colombia y el Fondo Para la Cultura y las Artes de México (FONCA). Su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, ruso, alemán y francés y su nombre aparece en diversas antologías tanto en Europa como en América. Participa con frecuencia en festivales y encuentros literarios. Actualmente vive en Lisboa.

Noticia publicada el 5 de julio de 2011, a las 14:10h. en la web de la Universitat de València

Carlos Marzal: "Otra vez César Simón"

Bajo el título de Complicidades, Carlos Marzal reflexiona en el último número de Posdata sobre la obra de César Simón. Aquí reproduzco el texto tal y como ha sido publicado por el periódico Levante-EMV el 24 de marzo de 2011:

"La publicación de una nueva monografía sobre la obra de César Simón es una magnífica oportunidad para regresar a su escritura, a su recuerdo y a su ejemplo, que en mí son una y la misma cosa. El libro del que hablo es Un aire interior al mundo (apuntes de un diálogo inacabado con César Simón), de Begoña Pozo, publicado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, y es el resultado de una larga dedicación de su autora a la obra del poeta valenciano. (Qué buena coincidencia, por cierto, que los nombres de César Simón y Juan Gil-Albert se vuelvan a unir aquí, ya que tan estrechamente unidos en lo familiar, en lo biográfico y en lo literario estuvieron en vida.) Lo cierto es que este artículo, más que otra vez, debería haberse titulado, seimpre César Simón, porque la altura de su obra lo convierte en uno de los más grandes autores de una gran generación- la del 50: la de Brines y Claudio Rodríguez, la de Biedma y Quiñones, la de Valente y Luis Feria, la de Ángel González, Ricardo Defarges y Caballero Bonald -, a pesar de que en ocasiones los muy despistados no lo incluyan en ciertas antologías y recuentos. Toda la obra de César –sus poemas, su particular novela Entre un aburrimiento y un amor clandestino, sus diarios, sus artículos de periódico- pertenece al universo de la conciencia alerta, del cuerpo pensante –llamémoslo así- que siente el asombro de haber sido arrojado al mundo, a la materialidad del existir. Su actitud es la del contemplador estupefacto ante un universo que resulta sagrado, pero de cuyo centro han huido los dioses. Por eso la literatura de César es la que celebra extrañas epifanías de la realidad que muy pocos observan: las pausas de la vida, las sombras que proyectan sus huéspedes, las inminencias. César es un poeta de los intersticios, de los reversos, de las fisuras del ser y del estar. Francisco Brines emparejaba su inteligencia poética, la temperatura de sus intuiciones, con las de Claudio Rodríguez (con cuya obra nada tiene que ver), porque ambos poseían una “mente mágica”. La magia de la mente de César provenía de un fondo sólo suyo de la intimidad del hombre con el mundo, de una manera reconcentrada, aislada, de vivir, deleitadota de los instantes propios. César fue un ensimismado. Ahora bien, un ensimismado gozador. Un epicúreo a su manera: con la sobriedad y la templanza del senequista que también alimentaba en su persona. César, que era enteramente de este mundo, a menudo parecía no estar en él, no pertenecer del todo al mundo en el que convenimos habitar la mayoría. Tal vez ese extrañamiento privado, junto con su original punto de vista hacia las cosas, le otorguen la mirada que lo convierte en un autor tan peculiar. Fue “un raro”, en el alto sentido literario del término: alguien dotado de una voz propia y exclusiva que supo contarnos su exclusiva y propia aventura de vivir. Un maestro al que siempre regresar para conmovernos y asombrarnos, mediante sus palabras, por el hecho de haber caído en el tiempo."

Entre un aburrimiento y un amor clandestino (Denes, Valencia, 2010)



La editorial valenciana Prometeo publicó Entre un aburrimiento y un amor clandestino en 1979. En aquella época su autor ya había dado a la imprenta tres poemarios: Pedregal (1970), Erosión (1971) y Estupor final (1977). La reedición de esta novela tan singular, treinta años después de su publicación primera, concede al lector actual el privilegio de poder acercarse a uno de los textos más desconocidos e interesantes de César Simón. Curiosamente el destino de obra descatalogada lo compartía —hasta hoy— con otra de sus extrañas propuestas narrativas, Siciliana (Mestral, Valencia, 1989). Su segunda novela, quizá la más ajustada convencionalmente al término genérico, fue La vida secreta (1994). Posteriormente sus acercamientos a la narrativa discurrirían por territorios más cercanos a la prosa íntima, la escritura de diario y la ficción autobiográfica en títulos como Perros ahorcados (1997) y En nombre de nada (1998).

La escritura de Simón en su primera incursión en ámbito narrativo la podríamos calificar de ‘anecdótica’ o, recordando las reflexiones de Carlos Marzal en torno a Siciliana, también podríamos aplicar a su propuesta narrativa el concepto de ‘capricho’, ya que «es una forma de definición que nada define». Antes de llegar a dicha conclusión, Marzal apunta los diversos tipos de discursos a los que podría adscribirse la obra y que, sin embargo, quedan huérfanos tras la propuesta simoniana ya que: «no es un diario, pero sus páginas se ordenan cronológicamente […], no es una novela, aunque participa de aquello que algunos han llamado novela lírica; tampoco es un relato, si bien posee un tenue hilo argumental; no es un ensayo filosófico, y sin embargo hay una evidente vocación meditativa en todo el libro; no es poesía, y su intensidad resulta idéntica a la de los mejores poemas; no son poemas en prosa, porque su respiración es demasiado cercana a lo narrativo». Así las cosas, lo que resultará evidente para el lector que se acerque a estas páginas es que aquí los parámetros narrativos clásicos en los que debería incluirse una novela al uso han sido abolidos. Se han borrado las líneas que puedan guiar al lector de forma relativamente cómoda, exigiendo así una perspectiva que esté en constante alerta y que, además, esté dispuesta a interpretar una visión múltiple, caleidoscópica y simultánea de esa convención que hemos dado en llamar ‘mundo’ o ‘realidad’. De este modo nos asomamos casi con vértigo a una novela donde tanto las estrategias de construcción como las de lectura necesitan de una confianza inicial y sostenida, activa y cómplice al otro lado del texto, al otro lado del mundo que es la ficción. Por ello no puede haber clausura, ni frontera, ni límite. En el ámbito de este deslinde borroso y precario, no exento de provocación, en el que se adentra la narrativa simoniana es precisamente desde donde se instauran los vínculos inevitables entre su prosa y su poesía. Toda la escritura de Simón se mueve, efunde, se derrama más allá de cualquier límite discursivo absorbiendo al lector en una acción sostenida que da unidad a un puzzle que se construye a partir de fragmentos (léase también obras) independientes. Pocos elementos en su escritura parecen dejados al azar y, más bien, deberíamos hablar de una sólida estructura donde la desaparición de uno de sus pilares provocaría probablemente un derrumbe, dado que la corriente subterránea que liga la prosa con la lírica simoniana evidencia —como podrá comprobarse a través del texto que ahora ofrecemos— que la interrelación formal y la compacidad temática son dos de las características esenciales de la propuesta estética de este escritor valenciano.

En cuanto a la mención anterior del carácter anecdótico de la prosa de César Simón, es necesario manifestar que la elección del término está basada —si bien no es necesariamente coincidente— en la propuesta originaria del autor quien, en un primer momento, reunió estos textos narrativos bajo el epígrafe Un aire interior al mundo (anécdota). Este título inicial fue sustituido por otro de resonancias cernudianas; sin embargo no fue el único cambio al que se vio sometida esta novela. De hecho, algunos fragmentos inicialmente incluidos desaparecieron —como es el caso de «Interior de una esfera», «Charca», «Funcionar para funcionar», «Ataque de consciencia» y «La solana al fondo»—, mientras que otros fueron incorporados posteriormente —concretamente «Tu ficha personal», «Santuario», «Conversación en la cumbre» y «La ciudad oscura»—. En este proceso de reescritura también fueron obviadas tres de las cinco citas iniciales; de modo que se desgajaron de la redacción definitiva las palabras, que habían sido colocadas a modo de pórtico, de Luis Cernuda, Nemer Ibn El Barud y Vicente Aleixandre. Aprovechando estas breves indicaciones sobre las cuestiones referidas al resultado final de la elaboración y edición de la obra, y para no desatender el imprescindible criterio filológico, diremos que —precisamente por hallarnos ante una reedición y no ante una edición crítica— no hemos considerado oportuno recoger las variantes textuales que se observan respecto al texto mecanografiado original con correcciones autógrafas del autor.

Por último, agradecer a Vicent Berenguer su pasión por esta (y toda la) obra de César Simón, puesto que sin su perseverancia no verían hoy la luz estas magníficas y delicadas prosas. Quizá tampoco habría regresado quien suscribe estas líneas con tanta atención sobre ellas, por lo que considero igualmente necesario sumarme a este público reconocimiento. En este sentido, no deseamos acabar este breve prólogo sin recordar que la nueva edición del texto es un paso fundamental para la recuperación de una de las voces más singulares de la literatura española de finales del siglo veinte. Por todo ello tenemos el convencimiento de compartir la alegría que supone la presente edición puesto que permite tanto a los nuevos lectores como a los declaradamente simonianos disfrutar de un verbo certero, pulcro y contenido; de la deliciosa fusión entre el paisaje y la conciencia de habitarlo; de la celebración continua de la existencia; de la impactante originalidad marcada por la perspectiva de un «filósofo de la naturaleza» cuya sensibilidad, como el mismo Simón apuntara en su semblanza de Juan Gil-Albert, era la de un escritor especulativo, universalizante y metafísico. Que disfruten.

[Prólogo de Begonya Pozo a la edición publicada por Denes en octubre de 2010]